El actual gerente comercial de la hidroeléctrica de Urrá, Rafael Amaya, es el más opcionado para asumir la presidencia de la empresa generadora de energía en Córdoba.
Su nombre es el que habría generado consenso para que sean atendidos política y burocráticamente, el congresista liberal Andrés Calle y el grupo del exsenador de la U, preso por corrupción y parapolítica, Musa Besaile.
Ambos dirigentes políticos se la jugaron con Gustavo Petro en la pasada campaña presidencial y están unidos en coalición pensando en la próxima contienda electoral de la Gobernación de Córdoba.
Para que el manejo y poder sobre Urrá recaiga sobre Musa y Andrés Calle, la Junta Directiva de Urrá pidió la renuncia al presidente de la compañía, Rafael Piedrahita De León, padre de la excongresista del partido de la U, Sara Piedrahita, acusada por la Corte Suprema de lavado de activos y que no votó con Petro.
De esa manera, el actual Gobierno Nacional mueve sus fichas en regiones como Córdoba para montar sus delegados y representantes en entidades de manejo estatal, así también premiar a quienes le acompañaron, pero pensando en elecciones regionales.