Las autoridades confirmaron que el material armamentístico incautado quedó a disposición de la Policía Judicial para que adelante los procedimientos legales correspondientes.
Como parte de las acciones desplegadas dentro del plan de campaña Ayacucho, el Ejército Nacional incautó diez fusiles que tenían como destino fortalecer el brazo armado de una de las subestructuras del Clan del Golfo: la Carlos Vásquez.

Este grupo tiene injerencia en los departamentos de Antioquia y Córdoba, según lo que informó el 8 de noviembre de 2024 el brigadier general Jorge Ricardo Hernández Vargas, comandante de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional.
Este resultado fue celebrado por el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, que a través de su cuenta de X aseguró que la incautación del material de guerra se produjo en una vía del corregimiento de San Sebastián de Palmitas (Antioquia), en la vía que de Medellín conduce a la subregión del Urabá. Esta zona es dominada por el Clan del Golfo y es un corredor estratégico, entre el departamento y su vecino, Córdoba.
El general Hernández comentó que el decomiso de las armas de alto calibre se pudo efectuar gracias un “minucioso trabajo de seguimiento e investigación de inteligencia militar”. Con esta información en conocimiento de las autoridades, “por medio de tropas motorizadas estacionadas en el municipio de San Jerónimo, cerca del corregimiento de San Sebastián de Palmitas, detectaron movimientos sospechosos provenientes de un vehículo de alta gama”, agregó el oficial.

Las autoridades lograron interceptar el vehículo gracias al trabajo de inteligencia que permitió saber, de antemano, que un arsenal de guerra iba a ser trasladado hasta esta zona del departamento de Antioquia – crédito Ejército Nacional
Al momento de revisar qué llevaba este, al acercarse al automotor para realizar una inspección, varias personas descendieron del vehículo y huyeron, abandonando varios bultos en el lugar.
Luego de revisar los bultos, “las tropas hallaron 4 fusiles R4 calibre 5.56, capaces de disparar en modo automático y semiautomático, con una cadencia de fuego de hasta 850 disparos por minuto y un alcance efectivo de aproximadamente 400 metros; 6 fusiles R1 calibre 7.62 mm, usados comúnmente en enfrentamientos urbanos por su maniobrabilidad, aumentando la capacidad de daño a las unidades militares”, explicó el general Hernández.
Sobre el por qué el Clan del Golfo tiene preferencias por esta clase de armamento, el oficial aclaró que “este calibre es ampliamente utilizado por organizaciones terroristas debido a su resistencia y disponibilidad en el mercado negro”.
El destino final que tenía los fusiles era para “ser entregados a alias Chiquito Malo, cabecilla principal del Clan del Golfo, y alias Richard, cabecilla de la Estructura Central Urabá, señalado como responsable de coordinar múltiples atentados y homicidios selectivos en la región”.
Esta subestructura es considerada como uno de los brazos delictivos más peligrosos del Ejército Gaitanista de Colombia, como también se reconoce esta organización armada ilegal.