El gremio señala la posibilidad para apoyar la reactivación económica.
La Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) le pidió al Ministerio de Salud darle prioridad a las personas que desempeñan sus labores económicas de forma presencial, y ante el público, para que sean vacunadas contra la COVID-19 en la primera fase del plan nacional de vacunación.
“Si el grueso de los trabajadores del comercio y servicio, cuyas funciones por naturaleza son presenciales, están vacunados y los establecimientos cumplen con los protocolos de bioseguridad y los aforos, toda argumentación para restringir su actividad quedaría sin piso, y podría ser una forma importante de apoyar la reactivación”, argumentó Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.
El funcionario también aclaró que si bien la prioridad en estos momentos críticos es llevar a cabo la vacunación contra la COVID-19 en el sector de la salud pública y el personal de primera línea, no se puede dejar a un lado a aquellos que lideran el proceso de recuperación económica y del empleo.
La solicitud –luego de atendidos los principales grupos vulnerables–, incluye a vendedores, técnicos, cajeros, vigilantes, meseros, servicios generales de sectores como almacenes de ropa y calzado, supermercados, ferreterías, concesionarios, talleres, restaurantes, servicio técnico, bares, hoteles, entre otros sectores económicos afectados por la expansión del virus.
En caso de no atenderse esta solicitud, el gremio pide al ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, que al menos se les abra una posibilidad para que las autoridades locales puedan generar mecanismos y políticas que estimulen la reactivación económica de una manera más flexible, pero sin que vaya en contravía a las directrices del Gobierno Nacional.
El gremio de comerciantes también hizo énfasis en la urgente aceleración del proceso de vacunación en los sectores económicos, sociales y humanitarios, en especial, por las pérdidas que han sufrido debido a las restricciones locales y nacionales para frenar el contagio del coronavirus.
Fuente: La Opinión