Por Carlos Ordosgoitia Sanin
Alcalde de Montería

Me corresponde el honor de cumplir con una verdad histórica poseedora de dos acontecimientos que, para ventura del Gobierno de la Gente, confluyen en un día de relevancia mundial, el primero de mayo, en el que se entrelazan dos momentos estelares de nuestra vida comunitaria: 246 años de la fundación de nuestra Montería Grande y 100 años de haber sido reconocidos como municipio.

Nuestra región se ha convertido, desde los albores de su fundación, en una comarca donde lo más sobresaliente ha sido, y es, la construcción de un tejido social humano solidario y altruista; cuya consigna es empujar y trabajar con denodado esfuerzo por el progreso y el desarrollo de nuestra gente.

La historia nos ha enseñado que el Gran Futuro que hemos alcanzado no es producto del azar y la casualidad. El éxito procede de una justa dedicación, perseverancia y determinación de resistir los vientos del cambio.

Es hora de dar gracias a las generaciones anteriores, heredadas de sabiduría, talento y experiencia para conducirnos a este día. Ellos proporcionaron la mejor prueba de que cualquier cosa es posible, incluso en los momentos más desesperados, cuando no había esperanza.

Sus historias nos sirven como un recordatorio de que no hay límites para lo que podemos lograr si trabajamos arduamente y tratamos a los demás con amabilidad y respeto. Así seguiremos conservando las semillas necesarias para continuar sembrando logros duraderos y un futuro luminoso en que el bienestar de uno sea el de todos.

El crecimiento de Montería ha sido constante, pasamos de ser una pequeña Villa, a orillas del Sinú, a ser una de las capitales con mayor proyección del Caribe colombiano. Desde su fundación, una gran variedad de grupos étnicos se ha destacado y ha hecho invaluables contribuciones a la cultura local; la que se ha nutrido de una mezcla única de tradiciones y costumbres indígenas, afros, españolas y hasta sirio libanesas. Diversidad que no solo se ha visto reflejada en lo cultural, sino también en la arquitectura, platos típicos y música de la región.

No hemos parado de crecer, porque nuestra gente a largo de los años ha tenido tesón, determinación, fortaleza, ganas de trabajar y sobre todo amor y orgullo por su ciudad.

Es un momento para exaltar a nuestros antepasados, para celebrar con amigos y familiares y reflexionar sobre el pasado, porque sin duda es la representación de nuestro destino. Quien entiende de dónde viene puede visibilizar su futuro para saber hacia dónde va.

Estamos en un punto en el que la innovación y el progreso nos rodean. Estamos orgullosos de haber llegado tan lejos. Celebremos la esperanza. Los invitamos a que sigamos en la búsqueda de inspiración para tomar acción y mejorar la vida de los ciudadanos de Montería, para así seguir inculcándole y recordándole a las generaciones futuras que esta celebración es un acto de grandeza.

Construyamos juntos, vivamos la vida con pasión y disfrutemos nuestra ciudad al máximo. ¡Felices 246 años, Montería del Alma!

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