El aborto es legal en Estados Unidos desde que en 1973. El Tribunal Supremo dictaminaría que el Estado no tiene derecho a intervenir en la decisión de la mujer sobre su embarazo.

Estados Unidos vivió ayer una jornada de lo más convulsa tras la filtración de un borrador de sentencia del Tribunal Supremo que de salir adelante eliminaría la protección al aborto vigente desde 1973 y permitiría a los estados prohibir las interrupciones del embarazo.

El borrador, publicado por el portal Político a última hora del pasado lunes, cuenta con el apoyo de por lo menos cinco magistrados del Supremo -es decir, de la mayoría de los nueve jueces que lo componen- y su autenticidad fue confirmada este martes por el propio tribunal.

Las reacciones a esta noticia han ido desde la sociedad civil, con protestas convocadas en varias ciudades -incluida una en Washington frente al Supremo-, hasta los principales cargos políticos empezando por el presidente Joe Biden, quien adelantó que su Gobierno está preparando una “respuesta” para defender este derecho.

“Si esta decisión sale adelante, será algo muy radical”, criticó el mandatario en declaraciones a la prensa, y anunció que ya ordenó a los abogados de la Casa Blanca que preparen “opciones para una respuesta de la Administración al ataque continuo contra el aborto y los derechos reproductivos”.

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El presidente también aprovechó para hacer un llamado a la ciudadanía a acudir a las urnas en las elecciones legislativas de noviembre próximo y votar por candidatos partidarios del derecho al aborto, para así poder sacar adelante en el Congreso una legislación federal que blinde esta cuestión al margen de los tribunales.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, alertó que el Supremo infligiría “la mayor restricción de derechos” de los últimos 50 años, no sólo a las mujeres, sino a todos los estadounidenses.

El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se centró sin embargo en la filtración en sí, que calificó de “ataque a la independencia” de la Corte Suprema y de constituir una nueva escalada de “la campaña de la izquierda radical” para amedrentar a los jueces.

Sobre esta cuestión, el presidente del Supremo, John Roberts, indicó en un comunicado que ya ordenó al alguacil de la corte abrir una investigación para determinar el origen de la filtración, que tildó de “traición” a la confianza.

La decisión final del alto tribunal se conocerá en junio próximo, cuando se emita el fallo formal.

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Hasta 21 estados podrían prohibirlo de nuevo

“Roe contra Wade” es una sentencia que protege como constitucional el derecho de las mujeres a abortar, impidiendo por tanto a los estados que conforman EE.UU. prohibir esta práctica. Antes de la sentencia, en 1973, 30 de los 50 estados del país tenían leyes que prohibían el aborto en cualquier momento de la gestación. Según la organización sin ánimo de lucro Planned Parenthood, si finalmente “Roe contra Wade” es revocada en junio, hasta 21 estados podrían volver a prohibir completamente el aborto, algunos de ellos tan destacados como Texas, Arizona, Misuri, Georgia, Ohio, Indiana y Wisconsin.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, elevó esta cifra a 26 estados, al incluir también aquellos que, pese a que quizá no dicten una prohibición total, sí es presumible que restrinjan mucho el acceso al aborto.

En este sentido, cabe matizar que una hipotética revocación de la sentencia de 1973 no prohibiría el aborto en todo el país, sino que levantaría la protección a este derecho, de manera que los estados más conservadores tendrían rienda suelta para prohibirlo.

En estados más progresistas como por ejemplo California, Nueva York y Nueva Jersey, lo previsible es que sus Gobiernos siguieran permitiendo las prácticas abortistas y que, por tanto, la revocación de “Roe contra Wade” no tuviera efectos prácticos.

“Sostenemos que Roe contra Wade debe ser revocada. La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ningún derecho así está protegido implícitamente por ninguna provisión constitucional”, indicó el juez del Supremo Samuel Alito en el borrador filtrado a la prensa.

“Roe contra Wade es un abuso de la autoridad judicial y fue una sentencia incorrecta desde el principio. Su razonamiento fue excepcionalmente flojo y la decisión ha tenido consecuencias dañinas”, apuntó el magistrado.

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