La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) presentó, en la mañana de este jueves, su informe completo sobre el censo de cultivos de coca en Colombia durante 2020. Si bien ya había revelado los resultados de mayor calado a inicios de junio, en esta ocasión ofreció el detalle de su investigación.

Estaba claro, según el primer adelanto del informe, que la dinámica cocalera en el país presentó en 2020 una falta de proporcionalidad entre el decrecimiento de las hectáreas de coca, que se redujeron un 7 % , al pasar de 154.000 hectáreas sembradas en 2019, a 143.000 en 2020, con la producción final de cocaína, que se incrementó un 8 %.

Diversos factores explican dicha lógica. Las áreas sembradas no son el único elemento clave de la producción de coca, también lo es la cantidad de alcaloide disponible por hectárea o la capacidad disponible de transformación de la hoja a clorhidrato de cocaína. Desde 2016 hay una tendencia a la mayor productividad de los lotes sembrados.

“Mientras que en el 2016 se producía en una hectárea 5.6 toneladas métricas de hoja, hoy se producen 6.4 toneladas métricas de hoja”, resumió Leonardo Correa, coordinador técnico del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Naciones Unidas, lo que se traduce en un incremento del rendimiento del 14,3 %. La tendencia a la concentración de la coca (más del 70 % está en Norte de Santander, Nariño, Putumayo, Cauca), está dividendo el paisaje cocalero en Colombia.

Así lo detalló Pierre Lapaque, representante en Colombia de la UNOCD. “Por un lado, los enclaves productivos donde el problema se hace mas complejo, y por otro, las zonas de periferia donde los cultivadores encuentran cada vez menos incentivos para permanecer en el negocio ilícito”.

Los enclaves, define el informe, corresponden a zonas “donde una alta densidad de siembra, en términos de hectáreas de coca por kilómetro cuadrado, ha persistido en al menos cuatro de los últimos cinco años”. Son de naturaleza más compleja por sus condiciones particulares. El balance explica por ejemplo que el 26 % de los cultivos de coca se encuentran cerca de 10 centros poblados del país.

“Los enclaves ocupan solo el 16 % del territorio, pero albergan el 41 % de la coca, son responsables del incremento de la productividad”, explica Lapaque. En contraste, ocho departamentos tienen menos de mil hectáreas de coca.

En la presentación final del informe estuvieron el ministro de Justicia y del Derecho, Wilson Ruiz Orejuela, y el ministro de Defensa, Diego Molano. El primero celebró lo que describió como la “confirmación” de la interrupción de la tendencia de aumento de los cultivos de coca. “Por tercer año consecutivo el gobierno del presidente Iván Duque logra una reducción del área sembrada”.

Molano, a su vez, explicó la complejidad que, en su opinión, se vivió en 2020. “Nos enfrentamos a una pandemia, a condiciones climáticas adversas y a diferentes maniobras de grupos narcotraficantes y los grupos armados organizados como el Eln, las disidencias de las Farc, mediante las cuales buscaron limitar el accionar de nuestra fuerza pública”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *