Entre el 16 y el 20 de septiembre de 2021, Colombia atestiguó ocho asesinatos de miembros de comunidades indígenas, todos perpetrados en la región del Pacífico.

De ellos, seis casos fueron reportados por la Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, (ver recuadros) en Nariño (tres), Chocó (dos) y Cauca (uno). No obstante, la Ong Indepaz, reportó otros dos en los mismos departamentos (Jesús Alexánder Chepe Ulcué y David Aricapa Viscue, ambos en Cauca). En el trabajo de documentación de este diario, las familias pidieron no publicar sus fotografías por respeto a su memoria.

En este conexteto, los pueblos y naciones indígenas representadas en la Mesa Permanente de Concertación (MPC) rechazaron los homicidios y señalaron como sus causas la disputa por las rutas del narcotráfico entre Eln, disidencias de Farc y otros grupos ilegales. También al incumplimiento del Acuerdo de Paz, en lo que consideran son hechos sistemáticos que la Fiscalía debe investigar.

Según Norey Quiguá, secretario técnico de la Confederación Indígena Tayrona, 43 líderes étnicos han sido asesinados en Colombia en este 2021, “a lo que se suman seis compañeros más en losúltimos días”. Además de estos crímenes el Observatorio de los Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas ha registrado 58 homicidios en estos primeros nueve meses.

Por eso, la Mesa les pidió a los grupos ilegales detener el “etnocidio físico y cultural” contra sus pueblos, pues proteger sus territorios de quienes se disputan el control de las rentas de la droga ilegal los está convirtiendo en víctimas de confinamientos, desplazamientos, amenazas y homicidios.

Voceros de las comunidades le pidieron Fiscalía celeridad en los casos y el acompañamiento de la Defensoría y la Procuraduría.

Desde el Ministerio de Defensa indicaron que por ahora no se pronunciarán.

A Efrén lo mataron pescando

Mientras adelantaba labores de pesca sobre el río Tolo del municipio de Acandí (Chocó), Efrén Antonio Bailarín Carupia recibió un impacto de bala que acabó con su vida.

Bailarín era exgobernador y guardia indígena del resguardo Chidima Tolo, del pueblo Embera Eyabida. Los hechos ocurrieron en la mañana del 16 de septiembre. En el hecho otro indígena resultó herido.

José Luis fue degollado

En la noche del 18 de septiembre, tras visitar a sus familiares en el resguardo Awá El Gran Sábalo, en zona rural del municipio de Barbacoas (Nariño), José Luis Taicús, un menor de 15 años, fue reportado como desaparecido por su comunidad Tigrillo Chiquito del resguardo Awá Quejuambi Feliciana, en Tumaco. El cuerpo del comunero fue hallado dos días después (20 de septiembre) sobre la vía Pasto-Tumaco. Estaba degollado y presentaba heridas con arma blanca.

Disidencias atacaron a Cayapú

José Leandro Cayapú, miembro del resguardo La Laguna, del pueblo Nasa, fue atacado a disparos cuando se movilizaba en su motocicleta por el corregimiento de Siberia en el municipio de Caldono (Cauca) el 19 de septiembre. Horas antes estuvo en la audiencia de destrucción de armas que la guardia le incautó a la columna Dagoberto Ramos de las disidencias de las Farc.

Murió cerca a su casa

El miembro del resguardo indígena Alto Guayabito del pueblo Embera Eyádiba, Dilio Bailarín, fue asesinado en la tarde del pasado 20 de septiembre cerca a su resguardo ubicado en el municipio de El Carmen del Darién (Chocó). Al parecer, había recibido amenazas por parte de uno de los grupos ilegales que actúa en la zona.

Nastacuas fue torturado

Javier Giovany Nastacuas, de la comunidad Piñuilito del resguardo Awá de Hojal la Turbia, en Tumaco, corrió la misma suerte que Taicús, pues ambos salieron juntos del resguargo Awá El Gran Sábalo, el 18 de septiembre. Su cuerpo fue hallado junto al de Taicús sobre la vía Pasto-Tumaco, con los mismos signos de tortura.

Ataque sicarial

Un tercer indígena del resguardo Awá fue asesinado el 20 de septiembre en el municipio de Ricaurte (Nariño). Sus familiares pidieron a la Onic la reserva de su identidad por seguridad. En ese mismo ataque sicarial resultó herido otro indígena de la misma comunidad.

Fuente: El Colombiano

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