Reapertura total podría llevar las exportaciones a US$1.200 millones. Empresas le piden al Gobierno venezolano el pago de deudas.

El 16 de marzo de 2008 más de 200.000 personas llegaron a la frontera colombo-venezolana para presenciar el concierto “Paz sin Fronteras”. En el Puente Internacional Simón Bolívar, Juanes y varios artistas más buscaban calmar las aguas entre Colombia, Venezuela y Ecuador tras la crisis diplomática que causó la muerte de Raúl Reyes, a manos del ejército colombiano, en Ecuador.

Particularmente con Venezuela la relación se siguió marchitando, mientras paradójicamente ese 2008 fue un año brillante para el comercio bilateral. Con dulces y hasta carros, Colombia exportó US$6.000 millones, e importó bienes y servicios por US$1.200 millones desde allí. Con el tiempo esas cifras pasaron a ser periódico de ayer, pero los aires de “reconciliación” que trae el gobierno electo reavivaron el interés empresarial por ese país.

“Vemos con gran interés y expectativa la posible reapertura de las relaciones comerciales con Venezuela, consideramos que era un mercado natural de nuestro país, donde el intercambio del sector empresarial se perdió obviamente por el modelo venezolano, pero también por la crisis económica de nuestro vecino país y el cierre de las fronteras”, asegura Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, gremio de los comerciantes.

En una visión similar, Rosmery Quintero, presidente de Acopi, gremio de las Mipymes colombianas, dice que hay un “interés total” por parte de estas compañías, especialmente porque Venezuela ha sido un gran consumidor de productos nacionales a través de la frontera.

“En este relacionamiento, hay una gran ventaja en temas de costos logísticos, puesto que, por la cercanía, seríamos más competitivos (…) existen empresarios Mipyme en Colombia que, pese a no haber tenido relaciones comerciales con empresas venezolanas, expresan que ven de manera positiva esta relación, especialmente frente a las oportunidades de modernización industrial”, añade Quintero.

Hasta US$1.200 millones

Es que además de que el equipo del presidente electo Gustavo Petro esté negociando la normalización de las relaciones, el interés parte de ver cierta recuperación en la economía venezolana, donde la dolarización está jugando un papel clave.

Según Germán Umaña, presidente de la Cámara Colombo Venezolana, debido a las sanciones norteamericanas el Banco Central de Venezuela ha flexibilizado el control cambiario. Así, se calcula que hoy circulan entre US$5.500 millones y US$6.000 millones en esa economía, los cuales podrían incluso multiplicarse a más de US$20.000 millones y estimular la demanda.

Un tema complejo que encontrarían las empresas nacionales es que la moneda varía dependiendo de la región. Más cerca a la zona Andina prepondera el peso colombiano; en el territorio colindante con Brasil, el real, y en buena parte del resto de Venezuela está cogiendo fuerza el dólar.

Pese a lo anterior, Umaña anticipa que si mañana –como todo parece indicar– hay una reapertura total de la frontera y esta es sostenible en el tiempo, las exportaciones colombianas a Venezuela podrían alcanzar US$1.200 millones, que sería la cifra más alta en ocho años. La apuesta es ambiciosa teniendo en cuenta que hasta el primer semestre apenas llegaban a US$284 millones (ver Infografía)

La cuenta parte de que hoy la mayor parte del comercio es ilegal y solo en la frontera entre Norte de Santander y Táchira mueve entre US$800 millones y US$1.000 millones anuales. Con la normalización de relaciones buena parte podría formalizarse.

De entrada no todo volverá a ser como antes, el proceso será gradual y por eso Umaña prevé que la reactivación del comercio formal se irá dando con productos de primera necesidad, bienes agropecuarios, medicamentos, autopartes y petroquímicos, entre otros.

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Plata en mano

Eso sí, una cosa es el interés y otra la realidad, porque para retornar a Venezuela los empresarios colombianos observan varios puntos por resolver. “Entre las expectativas que tienen los comerciantes afiliados a Fenalco también está la deuda antigua, recordemos que muchos empresarios con operaciones allá fueron expropiados, e inclusive hubo deudas que no fueron pagadas”, afirma Cabal.

Para el líder de Fenalco no es menester del gobierno de Colombia ni del de Venezuela dar por hecho que esa deuda está condonada. “Creo que ese es un tema muy importante de negociación en la reapertura de las relaciones comerciales con Venezuela”.

Por su lado, María Claudia Lacouture, presidente de Aliadas, una alianza de 35 asociaciones y gremios que representa a más de 7.000 empresas describe que “hay mucha expectativa y también interés (de los empresarios), pero al mismo tiempo existe bastante reserva sobre cómo va a ser la forma como el gobierno venezolano manejará la economía, los procesos para el comercio, las negociaciones y pagos”.

Para Lacouture, aunque Colombia podría convertirse en un vehículo determinante para la recuperación económica de Venezuela tiene que haber franqueza en que restaurar la credibilidad requiere tiempo, pues “todavía hay una experiencia de impago que no se ha olvidado y deberán pasar muchas cosas en el camino que generen confianza”.

Así, Rosmery Quintero, de Acopi, resume que para que exista una óptima reactivación comercial es imprescindible promover la recuperación gradual de la institucionalidad, la formalidad y seguridad jurídica de Venezuela, permitiendo eliminar también el delito de contrabando.

Mientras esto ocurre aquí, en el vecino país la expectativa es total. “Nos parecen muy positivas e importantes las señales de reencuentro”, comenta Luis Alberto Russián, presidente de la junta directiva de Cavecol, cámara binacional del lado venezolano.

En su concepto, la estabilidad jurídica y la competitividad deben ser temas primordiales en la agenda colombo-venezolana y lo que está a punto de abrirse es toda una oportunidad para los confites, medicamentos e industria colombiana en general, así como para los químicos, plásticos, hierro, acero y aluminio venezolanos, entre muchos más bienes.

Las próximas horas marcarán el inicio de una nueva etapa que será clave para la economía de ambos países, en lo que para muchos es una relación que nunca debió terminar. Para la Cámara Colombo Venezolana, en el escenario más optimista, la reapertura podría hacer que para 2026 las exportaciones desde Colombia hacia ese mercado suban hasta US$4.500 millones .

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