Alma Elena Sánchez, madre y trabajadora migrante de Chiapas, fue hallada emparedada en CDMX; su expareja es el principal sospechoso prófugo.

Alma Elena Sánchez Marcelo, una madre soltera de 30 años originaria de Chiapas, llegó a la Ciudad de México en junio en busca de mejores oportunidades laborales.

Fue vista por última vez en la alcaldía Venustiano Carranza, tras lo cual desapareció sin dejar rastro hasta que su familia reportó su ausencia el pasado 7 de agosto. Según sus seres queridos, era una persona alegre, responsable y muy apegada a su hija, quien aparecía en varias publicaciones en sus redes sociales.

La Fiscalía General de Justicia de la CDMX activó un operativo que llevó al hallazgo de su cuerpo el pasado 14 de agosto en una obra en construcción ubicada en la colonia Narvarte Oriente —calle Zempoala—, que había sido asegurada por el INVEA. Durante la inspección, las autoridades detectaron una pared con cemento fresco que no correspondía a los planos originales. Con apoyo de un binomio canino, peritos, arqueólogos, antropólogos y bomberos, lograron derribarla y encontraron el cuerpo de Alma emparedado entre los muros. La Fiscalía confirmó que fue una muerte violenta y abrió una carpeta por feminicidio y desaparición.

La principal línea de investigación apunta a su expareja sentimental —identificado como “Antonio” o “Toño”—, quien trabajaba como vigilante en la obra. Se le considera el principal sospechoso y está prófugo mientras las autoridades lo buscan para presentarlo ante la justicia. Testigos destacan que, dos meses antes del hallazgo, él le dijo a la familia que Alma había regresado a Chiapas, lo que retrasó la denuncia formal.

Alma poseía características físicas identificables como una cicatriz en el antebrazo, ausencia de dedos en una mano y un tatuaje en la clavícula con la frase “Sentimiento, elegancia”, detalles que ayudaron en su identificación preliminar. Su familia la recuerda como una mujer valiente y cariñosa que trabajaba duro para brindar un mejor futuro a su hija.

Este caso ha despertado indignación en redes y redes de activismo, donde se exige justicia y una investigación transparente con perspectiva de género y derechos humanos.

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