Sus reuniones con un largo listado de ministros del Gobierno y los chats por contratos en la Gobernación del Atlántico podrían llevarlo a la cárcel mientras avanzan los juicios.

Nicolás Petro ha pasado sus últimos días en Bogotá en una cómoda libertad. Pese a que él mismo confesó que había recibido dinero de personas cuestionadas en el Caribe para la campaña del Atlántico en la Fiscalía y a la Revista Semana, el hijo del presidente ha logrado salir completamente indemne. Dicen que uno de los buenos atributos de la democracia es que ante la justicia no haya nadie intocable.

Eso argumentaron quienes celebraron hace un mes la condena contra el expresidente Álvaro Uribe por fraude procesal y soborno a testigos, junto a la decisión de llevarlo a casa por cárcel que se cayó en el Tribunal Superior de Bogotá. En contraste, las decisiones de la justicia habían favorecido la tranquilidad del hijo del presidente. Eso cambió la semana pasada cuando se conoció que la fiscal Lucy Laborde solicitará la imputación a Petro Burgos por tres presuntos delitos más.

El medio reveló en primicia que la audiencia será el 1 de octubre y allí el poderoso Nicolás será imputado por interés indebido en la celebración de contratos, falsedad en documento y tráfico de influencias.

Este es un caso independiente al de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, en donde la Fiscalía acusó a Petro de tener gastos no fundamentados de alrededor de 200 millones de pesos al mes. En ese caso, que reúne todas las revelaciones de su expareja Day Vásquez y los aportes del Turco Hilsaca y Santander Lopersierra, “el hombre Marlboro”, Petro se encuentra en la etapa preparatoria del juicio.

La estrategia de su abogado consiste en desacreditar a Vásquez, contra denunciarla y atacar a periodistas que han expuesto los excesos del exdiputado.

Pero en estos nuevos delitos hay una historia que todavía está fragmentada y el país no ha conocido en su totalidad. La nueva imputación de la Fiscalía se basa en dos casos. Uno es el de los contratos de la Fundación Conciencia Social con la Gobernación del Atlántico.

Nicolás Petro tenía chats con Day Vásquez en los que hablaba constantemente de hojas de vida y contratos que habrían sido ejecutados en su mínima expresión para que ambos y otras dos personas se quedaran con una ganancia por la gestión.

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