El hombre, de 40 años, fue salvajemente golpeado antes de morir. La Justicia investiga si existieron otras razones que impulsaron a los adolescentes a cometer el aberrante hecho, más allá del beneficio económico.

Un maestro fue brutalmente asesinado en México. El hombre había sido secuestrado y como su familia no pudo pagar el rescate, lo golpearon y después tiraron su cuerpo a los cocodrilos. Los principales sospechosos del caso son dos adolescentes que eran exalumnos de la víctima.

Su familia alertó su desaparición y horas después fue sorprendida por un llamado en el cual le pedían que pague 2 millones de pesos mexicanos para volver a verlo con vida, un equivalente a 100 mil dólares. Como no lo pagaron, lo asesinaron de la peor manera.

Diego Yasmar Barrales San Juan tenía 40 años y trabajaba como docente. El pasado 6 de agosto salió de su casa como lo hacía habitualmente, pero en el camino fue interceptado por sus secuestradores. Su auto fue encontrado en un camino rural en Álamo Temapache, al noreste de la Ciudad de México, al día siguiente.

Su familia no pudo pagar el rescate y sus secuestradores lo asesinaron.
En diálogo con medios locales, su tía, María Amada del Socorro, contó que lo mataron porque ellos no pagaron el rescate, “no tenemos esa cantidad de dinero. Vivimos de sueldo en sueldo”, contó con pesar por el trágico desenlace.

El cadáver del maestro fue arrojado a los cocodrilos,
Su cuerpo fue encontrado por las autoridades flotando en el río Pantepec, reconocido por estar repleto de cocodrilos. “El cuerpo apareció en el río donde hay cocodrilos con la intención de que se deshicieran de él”, contó Amada y aclaró: “Pero no lo tocaron”

La causa de su muerte no está clara, pero los investigadores pudieron constatar que fue golpeado repetidamente antes de ser asesinado. Los principales sospechosos del brutal asesinato son dos adolescentes de 17 y 18 años, alumnos de sexto año, que habían sido alumnos del docente en el pasado. Además, uno de ellos era su vecino.

Los jóvenes fueron detenidos el pasado 6 de septiembre y aunque todavía no fueron acusados de asesinato, quedaron imputados en la causa por secuestro con agravantes. Las autoridades policiales intentan averiguar los motivos que llevaron a los adolescentes a cometer el aberrante hecho, creen que puede existir una razón por fuera del beneficio monetario.

“Lo único que pedimos es justicia y que salga la verdad. No estamos aquí para condenar a nadie, simplemente no queremos que esto quede impune”, concluyó Amada.

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