Según el consejero presidencial para la estabilización y la consolidación, Emilio Archila, en regiones de Colombia como Córdoba, menos del 1% de los campesinos vinculados al programa de sustitución de cultivos ilícitos, han regresado a la siembra de coca.

Desde el municipio de Valencia en el sur de Córdoba, el funcionario dijo que, lo que corresponde a los campesinos comprometidos con la sustitución, han transformado su actividad con proyectos productivos que respalda, financia, orienta y capacita el Gobierno Nacional.

“Eso no es del aire, es que nosotros recibimos 100 mil familias, unos 400 mil colombianos que se les había prometido el oro y el moro…hacer promesas es fácil, el reto era cumplirle a esas familias para que no volvieran a la coca, y hoy menos del 1% de esas familias ha vuelto a sembrar coca. Ese es un caso de éxito”, explicó Archila.

Sin embargo, en el más reciente informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, advierte en Córdoba la siembra de matas de coca aumentó en un 30% al pasar 2.830 hectáreas de cultivos ilícitos sembradas en el año 2019, a un poco más de 3.722 hectáreas en la vigencia 2020.

Frente a ello, el consejero presidencial respondió señalando que los campesinos no son responsables de esos sembradíos y que hacen parte de las áreas de financiación de grupos irregulares que ya existían con la desmovilización de las Farc y la aparición de disidencias.

“Cuando se firmaron los acuerdos con las Farc el ELN ya existía, el ‘Clan del Golfo’ ya existía, Los Caparros ya existían, Los Pelusos y los Contadores ya existían, y a eso se sumaron las disidencias. Esos que acabo de mencionar son hampones que se financian con el narcotráfico; entonces no se trata de que se trate de algún incumplimiento porque ya eso existía desde antes”, declaró Archila.

Según el vocero del Gobierno, la paz estable y duradera prometida, no solo basta con la implementación de los acuerdos, sino también respaldar a las autoridades en el ejercicio de minimizar a los grupos ilegales que permanecen en el territorio sembrando, procesando y traficando drogas ilícitas.

“Siempre fue solo un título decir que la implementación era suficiente para por sí misma, solo eso, para lograr una paz estable y duradera. Tenemos que trabajar en esos programas y al mismo tiempo seguir apoyando al Ejército, la Policía y jueces para que se hagan cargo de esos salvajes”, puntualizó.

Puso de ejemplo a las familias que sembraron coca en Valencia y que hoy hacen parte de proyectos productivos exitosos como el de cacao, miel, ñame, yuca, artesanías, entre otros.

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