La pandemia ha sumergido a Colombia en un abismo con más de 100.000 muertos y casi cuatro millones de contagios sin que se vislumbre el fin del tercer pico que desde hace casi tres meses tiene desbordados los hospitales del país.

Las muertes se incrementaron en las últimas semanas y tan solo en lo que va de junio sumaron 11.808, con una media de 562 diarias.

En medio de la conmoción por la elevada cifra de fallecidos, el país registró este lunes el peor día de la pandemia al contabilizar el Ministerio de Salud un récord de 648 muertes que elevaron el total a 100.582, mientras los contagios acumulados son 3.968.405.

Pese a que desde el comienzo una de las prioridades del Gobierno de Iván Duque fue evitar a toda costa las muertes, la pandemia se mueve a su propio ritmo y el país ocupa hoy el décimo puesto mundial tanto en defunciones como en contagios.

«Quiero enviarle un mensaje muy claro a estas familias que han perdido a sus seres queridos, que hoy más que nunca estamos a su lado y no dejaremos de estarlo», dijo Duque hoy en una misa en memoria de los fallecidos.

Más de 1.900 muertes por millón

El viceministro de Salud Pública, Luis Alexander Moscoso, considera que la elevada cifra de defunciones es proporcional a la población del país, de más de 50 millones de habitantes.

«Colombia tiene hoy una tasa de mortalidad cercana a las 1.900 personas por millón (de habitantes)», dijo Moscoso a Efe al recordar que países vecinos tienen tasas mayores, como los más de 2.300 de Brasil o los 5.600 de Perú, según el portal de estadísticas Worldometer.

Sin embargo, otros con mayor población tienen una tasa menor, como Estados Unidos, con 1.854 muertes por millón, y México (1.775).

Moscoso explica que al analizar las cifras de defunciones también hay que tener en cuenta «el tema de registro» que en algunos países es limitado.

«En Colombia, a todos los pacientes los estudiamos y creemos que tenemos un buen nivel de registro, lo que se observa en que los excesos de mortalidad tienen una explicación asociada al covid», afirma, pero «hay países donde observamos diferencias grandes entre el registro de mortalidad por covid y los excesos de mortalidad».

Eso se debe a que «no hay una estandarización de registros por muertes de covid» con lo cual «hay países que solo registran los pacientes que mueren en el ámbito hospitalario (…) lo cual hace muy complejas las comparaciones», añade.

El efecto protestas

Según el viceministro, el tercer pico de la pandemia, el más mortífero de todos, que comenzó en Semana Santa, tuvo «un descenso importante» a partir del 20 de abril, pero en mayo se produjo un «hipercontagio», consecuencia principalmente de las protestas contra el Gobierno que comenzaron el 28 de abril, lo que dio pie a un «re-pico» o a un «cuarto pico».

«Veníamos con un relativo nivel de control y con una tendencia a la baja, pero desafortunadamente desde el mes de mayo (…) venimos con un pico muy elevado que llamamos un hipercontagio, muy probablemente asociado a estas movilizaciones masivas», agregó.

Para las autoridades las elevadas cifras de contagios de junio, que rondan los 30.000 diarios, son todavía consecuencia de la agitación social de mayo, mes con «un nivel de contagio extremadamente alto», según el viceministro.

«El 80 % de las personas que han fallecido en junio corresponden a contagios adquiridos durante mayo, lo que refleja lo complejo, lo crítico, de este cuarto pico o de este re-pico», explica.

El 8 de junio se produjo además la reactivación económica total en las grandes ciudades lo que, según epidemiólogos, también ha contribuido a que la pandemia se mantenga en la meseta actual.

«Este mes definitivamente lo vamos a seguir con altas ocupaciones (de UCI) y con altas pérdidas de vidas; esperamos un mes de julio que tienda a la baja, pero una baja muy lenta», dice el viceministro, quien espera que esa reducción se dé principalmente en Bogotá, principal foco de la pandemia, y en otras ciudades grandes, como Medellín, por efectos de la vacunación.

Esperanza en las vacunas

Según datos del Ministerio de Salud, hasta el domingo habían sido aplicadas más de 14,9 millones de vacunas, de estas, 4,7 corresponden a segundas dosis.

La vacunación en Colombia, dirigida a 35,2 millones de personas que equivalen al 70 % de la población para alcanzar la inmunidad de rebaño, empezó el 17 de febrero con muchas demoras y tropiezos, pero desde entonces se ha acelerado y algunos días han sido aplicadas cerca de 350.000 dosis.

«Satisfechos nunca estaremos porque siempre queremos un ritmo mayor, pero avanzamos», dice Moscoso, quien asegura que no solamente ha aumentado el porcentaje de población vacunada, «sino también la vacunación de personas de riesgo», como «los mayores de 80 años en los que la tasa ya es superior al 88 %», mientras que «entre las personas de 70 a 79 años ya estamos sobre el 75 %».

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