Las tensiones entre Washington y Beijing aumentaron tras la expulsión de su mercado de la división de la empresa China Telecom, pues a juicio de las autoridades reguladoras gringas, la firma asiática es considerada una amenaza a su seguridad nacional.

La votación de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) ordenó en las últimas horas a China Telecom Americas, controlada por Beijing, que suspenda el servicio en 60 días, poniendo fin a una operación de casi 20 años en Estados Unidos y sin duda intensificando las tensiones entre las superpotencias económicas.

La decisión del gobierno de los EE.UU. se basó en que dicha empresa podría “brindar oportunidades para que Beijing acceda, almacene, interrumpa y / o desvíe las comunicaciones de EEUU, lo que a su vez les permitiría participar en actividades de espionaje u otras dañinas contra Estados Unidos”, afirmó la FCC en un comunicado.

China Telecom ha enfrentado turbulencias en Estados Unidos durante años, particularmente durante la reciente presidencia de Donald Trump, cuando la compañía fue eliminada de la lista de la Bolsa de Valores de Nueva York junto con las firmas de telecomunicaciones estatales China Mobile y China Unicom luego de una orden ejecutiva del mandatario republicano.

Ante la decisión, el gobierno chino ha dicho que tomará medidas para proteger a sus empresas, aunque aún no ha anunciado represalias por su situación en el mercado estadounidense.

Esta no es la primera vez que el gobierno de ese país pone el ojo en empresas afincadas en su territorio y que son de procedencia china. En el pasado el gobierno estadounidense implicó a empresas estatales de petróleo, proveedores de procesadores y tecnología de video, así como constructoras, firmas aeroespaciales, navieras y de equipamiento de energía nuclear, pues consideraron que estas estarían implicadas en desarrollo militar.

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