Esta polémica celebración en el gigante asiático dura cerca de 10 días, y se realiza cada año en la ciudad china de Yulin.

El pasado lunes comenzó en el polémico festival de carne de perro que se lleva a cabo en la ciudad china de Yulin, región autónoma de Guangxi, en donde se tiene previsto que al menos 5.000 canes sean sacrificados para consumir su carne durante 10 días.

Esto a pesar de las protestas por crueldad animal y la emergencia sanitaria que se afronta por la pandemia de la COVID-19. Incluso, hay innumerables denuncias por crueldad animal y a la emergencia sanitaria que enfrenta el mundo.

Según el diario británico Mirror, diversos vendedores ya han sido fotografiados comercializando la carne de cachorros, incluso antes de que diera comienzo el festival.

Ante dicha celebración, algunos activistas locales han intentando detener la práctica rescatando a perros callejeros que eran transportados en el interior de camiones y el cual presuntamente se dirigía a Yulin.Según una encuesta de Animals Asia, el 20% de los chinos reconocieron haber comido carne de perro en los últimos dos años, mientras que solo un 1,7% consumió carne de gato en el mismo periodo.

Un portavoz de la organización NoToDogMeat en Hebei, dirigido por el activista a favor de los derechos de los animales Mr Zhao, dijo que los camiones que transportan a los perros no suelen llevar documentos ni permisos que verifiquen la posesión legal de animales, por lo que a través de procedimientos amparados por la ley organizan los rescates.

Ante la difundida práctica algunos activistas han conseguido rescatar a perros callejeros que eran transportados en camiones, y los cuales se cree tenían como destino Yulin.

En los eventos de 2016 y 2017, los animalistas lograron rescatar con vida a miles de canes al bloquear varios camiones que los estaban transportando hasta los mercados de Yulin para ser comidos.

En el pasado, unos 10.000 perros solían ser sacrificados durante el festival, aunque en los últimos años la cifra se ha reducido hasta el millar.

“Mucha de la carne de perro no tiene ningún control de seguridad por lo que puede haber riesgo de enfermedades y otros problemas de salud”, reconoce Cai Chunhong, una joven china que asegura que la concienciación social contra este consumo está aumentando.

En China no existe una legislación que proteja a estos animales, cada vez más populares como mascotas entre la creciente clase media local, y ni siquiera la circunstancia de que 2018 sea Año del Perro, según el calendario oriental, ayuda a promover esta protección.

Pese a la creencia popular de que en China se come carne de perro de manera generalizada, solo se consume en zonas del sur del país como Guangxi, Guizhou y Cantón y áreas del noreste habitadas por la etnia coreana.

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