Con este ya son cinco los capturados por este macabro caso ocurrido el pasado mes de abril.

Nuevos y escabrosos detalles han salido a la luz en la investigación del brutal asesinato del biólogo italiano Alessandro Coatti, de 42 años, cuyo cuerpo desmembrado fue encontrado en abril pasado en Santa Marta. Las autoridades capturaron y enviaron a prisión a José Alfredo Diazgranados Sotelo, de 18 años, quien, según la Fiscalía, habría participado activamente en la desmembración y posterior dispersión de los restos de la víctima por diferentes puntos de la ciudad.

El crimen, ocurrido el pasado 5 de abril, conmocionó a la comunidad local e internacional por la sevicia con la que fue ejecutado. Los restos de Coatti, un científico que pertenecía al departamento de zootecnia de la Real Sociedad de Biología (RSB) en Londres, comenzaron a aparecer en diferentes partes de la ciudad.

Las investigaciones de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación han revelado que Coatti, quien llegó a Santa Marta el 3 de abril como turista y se alojaba en un hostal del Centro Histórico, fue contactado a través de una aplicación de citas. Puntualmente, se trataría de Grindr, una plataforma enfocada en la población LGBTIQ+.

La hipótesis oficial indica que, tras ser contactado, el biólogo fue convencido de acudir a un encuentro en un inmueble del barrio El Pando, en la zona urbana de Santa Marta. Al llegar al lugar, la víctima fue reducida, amordazada, golpeada en distintas partes del cuerpo y despojada de dinero en efectivo, tarjetas y su teléfono celular. En medio de un forcejeo durante el robo, Coatti fue agredido con un objeto contundente en la cabeza y asfixiado, lo que le provocó la muerte.

Un informe de Medicina Legal confirmó que Coatti sufrió traumas causados por objetos cortocontundentes y que la desmembración del cuerpo ocurrió después de su muerte, descartando así torturas previas.

La Fiscalía sostiene que, una vez cometido el homicidio, Diazgranados Sotelo y otra persona presuntamente introdujeron las partes del cuerpo en bolsas plásticas negras. Luego, a bordo de una motocicleta, habrían distribuido los restos por diferentes sectores de la ciudad para dificultar su identificación y entorpecer la investigación.

Por estos hechos, una fiscal de la Seccional Magdalena le imputó a Diazgranados Sotelo los delitos de homicidio y hurto calificado, ambas conductas agravadas; y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio. A pesar de la contundencia de las pruebas presentadas, el joven no aceptó los cargos. Un juez de control de garantías impuso medida de aseguramiento intramural, por lo que Diazgranados Sotelo permanecerá privado de la libertad en un centro carcelario mientras avanza el juicio.

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