Una actividad ilícita sistemática que pone en riesgo la conservación de los corales en el Caribe y acelera la desaparición de dos especies vitales para los ecosistemas marinos, fue descubierta por la Fiscalía General de la Nación, en trabajo articulado con la Policía Nacional.
Se trata de la caza sistemática de tortuga carey y verde en las costas del Cabo de la Vela y Punta de Gallinas (La Guajira); y su posterior venta en Riohacha, Manaure, Maicao y Uribia para ser ofrecida en restaurantes como un plato exótico.
Tres personas señaladas de ser las mayores traficantes y comercializadoras de estas especies en la región fueron capturadas en flagrancia.
Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos les imputó los delitos de ilícito aprovechamiento de los recursos naturales y daño en los recursos naturales.
Los cargos fueron aceptados
Los procesados son una mujer y dos hombres con antecedentes judiciales por esta misma conducta ilegal, uno de ellos, Carlos Julio Freile; el otro, Santander Alberto Méndez González, conocido como ‘Chino Méndez’, quien fue condenado en 2018.
Los elementos de prueba dan cuenta de que cada uno, al parecer, sacrificaba en promedio 15 tortugas semanalmente y las
vendía en sus restaurantes.
Estas dos especies, carey y verde, son protegidas por convenios y convenciones internacionales a las que se adhirió el Estado colombiano.
Hacen parte de la lista roja de animales en peligro de extinción, por lo que está prohibida la caza, tráfico y cualquier actividad con fines comerciales.
El daño ocasionado con la captura indiscriminada de las tortugas es incalculable, pues son las encargadas de limpiar los corales y los ecosistemas marinos, y contribuyen a su conservación.