Alejandro Gaviria, actual ministro de Educación del gobierno Petro, entregó a la Presidencia un documento en el que expone sus principales preocupaciones sobre la reforma a la salud que se está gestando.
Gaviria, quien también estuvo al frente de la cartera de Salud en el último período presidencial de Juan Manuel Santos, señaló que el análisis hecho para proponer esa iniciativa no es claro.
Del mismo modo se refirió a la polémica propuesta sobre la eliminación de las EPS, indicando que no puede considerarse como la solución a los problemas que registra el sistema.
«El diagnóstico no es claro. Pareciera insinuar que todos, o la mayoría de los problemas se originan en la administración (privada o no pública) del sistema. Como si eliminar las EPS fuera una solución a los problemas de insostenibilidad financiera, corrupción y desigualdades territoriales», plantea en el documento.
«Las brechas en resultados en salud entre regiones y entre zonas rurales y urbanas son reales y preocupantes. Deben corregirse. Pero la reforma propuesta plantea una estrategia extraña: destruir lo que funciona en las ciudades para supuestamente arreglar lo que no funciona en las zonas rurales. En lugar de tratar de adaptar una estrategia de atención primaria al sistema, la reforma trata de adaptar todo el sistema a una estrategia de atención primaria. Una lógica extraña», agregó.
Según Gaviria, la totalidad de las tareas que cumplen las EPS no podrían ser cobijadas por parte de la Adres.
«Las EPS tienen decenas de miles de personas empleadas. Con la reforma no se sabe quién va a asumirlas. ¿Pasarán los 110.000 empleados de las EPS a ser funcionarios públicos? ¿Quedarán los pacientes a la deriva? No hay respuestas para esas preguntas», dijo.
Finalmente, sostuvo que en el esquema propuesto no se define el control del gasto y del recaudo. “El impacto fiscal sería enorme. El gasto se multiplicaría y el recaudo podría caer de manera sustancial», puntualizó.