Abril que terminó, es hasta ahora el peor mes de la pandemia de la COVID-19 en Colombia, con 10.000 fallecidos, récords diarios de muertes en las últimas semanas y las unidades de cuidados intensivos, UCI, repletas de enfermos graves por el tercer pico de la enfermedad.

El país atraviesa su momento más crítico pese al optimismo con el que fue recibida en febrero pasado la puesta en marcha del Plan Nacional de Vacunación, en el que con altibajos se han aplicado casi cinco millones de dosis.

Con un récord de 505 fallecimientos por coronavirus el pasado jueves, las jornadas más mortales son justamente los últimos 11 días de este mes en el que el país acumula 9.808 fallecidos sin sumar aún las de este viernes, que con seguridad elevarán la cifra por encima de los 10.000 muertos, de un total de 73.230 que tiene Colombia.

Abril comenzó con las vacaciones de Semana Santa y termina con las concurridas manifestaciones de los dos últimos días contra el proyecto de reforma tributaria del Gobierno del presidente Iván Duque, ambos movimientos de gente que, según los expertos, agravan la pandemia.

“En 15 a 21 días no vamos a tener camas de UCI. Lo que no alcanzamos a ver en los picos anteriores, como en otros países que moría la gente en la calle, que se morían en la casa, quizás lo vamos a empezar a ver (aquí)”, dijo la médica Johanna Martínez, que trabaja en una UCI del Hospital El Tunal de Bogotá, que no tiene ya camas disponibles.

Agotada y con la voz llena de desesperanza, la profesional relata que en los últimos días ha perdido pacientes que ni siquiera alcanzan a pasar una sola noche en su unidad, muchos de ellos jóvenes entre los 20 y los 30 años.

Cuarentenas sin efecto positivo

La situación está demasiado complicada, las UCI llenas, el personal de salud agobiado y una cantidad de efectos adversos que no los preveíamos hace un año”, explica el científico e investigador Iván Darío Vélez, de la Universidad de Antioquia.

Para frenar la acelerada velocidad de la transmisión del virus, las autoridades de las principales ciudades ordenaron nuevas restricciones, como confinamientos los fines de semana y toques de queda.

Sin embargo, poco efecto han tenido esas medidas en la disminución de casos positivos que en Bogotá, Medellín o Barranquilla se mantienen elevados.

Según Vélez, los confinamientos, que al comienzo de la pandemia tuvieron algún efecto positivo, hoy no son suficientes porque no garantizan inmunidad y lo único que hacen es retrasar los contagios.

Nuevas variantes

Para terminar de agravar la situación, este mes las autoridades confirmaron la circulación en el país de múltiples genomas de las variantes británica y brasileña de la COVID- 19, aunque todavía se desconoce la magnitud de su impacto en el aumento de la mortalidad.“¿Qué tanto de los (más de) 500 muertos que tuvimos ayer se puede explicar por esas variantes? No sabemos porque no hay un programa grande nacional de búsqueda de variantes, es decir la gente que hace secuenciamiento es insuficiente para el tamaño del país”, reclama Iván Darío Vélez, de la Universidad de Antioquia.

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