Tras el archivo de la reforma tributaria propuesta por el Gobierno Nacional, el presidente Gustavo Petro reaccionó con dureza y responsabilizó al Congreso de la República por el fracaso del proyecto, con el que se esperaba recaudar $16.3 billones para fortalecer el presupuesto nacional del 2026.
El proyecto fue derrotado en la comisión cuarta del Senado con una votación de 9 contra 4, cerrando la puerta a la iniciativa que buscaba financiar programas sociales, inversión en infraestructura, salud, educación y otros frentes estratégicos para el país. Para el Ejecutivo, este revés supone un golpe fiscal significativo que compromete metas contempladas dentro del Plan Nacional de Desarrollo.
En su pronunciamiento, el mandatario aseguró que la decisión legislativa tiene consecuencias directas en la población más vulnerable. “Si la crisis no la pagan los ricos la pagarán los pobres. Mientras nosotros seamos gobierno no dejaremos que la paguen los pobres, punto”, expresó, al tiempo que acusó al Congreso de anteponer intereses políticos sobre las necesidades nacionales.
Petro advirtió que los efectos del hundimiento de la reforma “comienzan a sentirse desde hoy”, y señaló que la propuesta buscaba recursos provenientes de sectores con amplia capacidad económica. El jefe de Estado afirmó que existe una economía boyante que ha favorecido a grandes capitales y cuestionó que “los megarricos han duplicado sus utilidades gracias al encarecimiento de la deuda pública”, calificando la negativa legislativa como una muestra de “egoísmo social”.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, también pidió reconsiderar el trámite antes de la votación, insistiendo en que la reforma era clave para garantizar la estabilidad financiera del país. Sin embargo, la comisión ya contaba con los votos suficientes para archivar el proyecto.
Según Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, la consecuencia inmediata será un ajuste presupuestal equivalente al monto que el Gobierno esperaba recaudar, y recordó que esta es la tercera reforma tributaria presentada por la actual administración: solo una ha sido aprobada, mientras que las dos más recientes fueron hundidas.
Con el capítulo cerrado en el Congreso, el Gobierno deberá buscar alternativas para cubrir el vacío fiscal que deja la iniciativa. Entretanto, el discurso presidencial deja prever que la discusión apenas comienza.
