Una nueva imputación formal recae sobre Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, en medio de un expediente que detalla un presunto entramado de corrupción ligado a la Fundación Conciencia Social (Fucoso) en Barranquilla. La Fiscalía sostiene que existen pruebas documentales, chats, audios y testimonios que comprometen al exdiputado del Atlántico y a su exesposa, Day Vásquez.

La diligencia judicial fue dirigida por la fiscal Lucy Laborde, quien solicitó que el procesado enfrente el caso en centro carcelario y no bajo detención domiciliaria. Según la funcionaria, mantenerlo en libertad representaría un riesgo para el avance de la investigación.

En la imputación, el organismo acusador señaló que los contratos celebrados entre la Gobernación del Atlántico, la Alcaldía de Barranquilla y Fucoso habrían sido utilizados para desviar recursos públicos y privados. La fundación, con más de tres décadas de trayectoria en causas sociales, aparece en el centro de la investigación, pues se habría convertido en vehículo de operaciones irregulares.

De acuerdo con el semanario Semana, “en poder de la Fiscalía están los contratos, convenios, acuerdos y órdenes de pago de la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía de Barranquilla, con destino a la Fundación Conciencia Social (Fucoso), a cargo, en ese momento, del señor Gustavo de la Ossa”.

El expediente recoge que, entre 2020 y 2023, la fundación obtuvo contratos por más de 2.400 millones de pesos, con registros que superan los 6.000 millones en compras estatales. Estos recursos estaban dirigidos a programas para adultos mayores y niños con discapacidad, pero según la Fiscalía, fueron usados como parte de una red de desvío de fondos.

Las conversaciones extraídas de los dispositivos electrónicos de los procesados habrían demostrado la participación directa de Nicolás Petro y Day Vásquez en la manipulación de los contratos. En uno de los intercambios, el exdiputado le señala a su entonces esposa: “Amor, entre mayor reserva es mejor”.

Los audios también revelan la planeación de entregas de dinero en efectivo y la intervención de funcionarios que, presuntamente, facilitaban los trámites en entidades locales. Vásquez, ahora convertida en testigo, dijo en uno de los mensajes: “Gustavo, ¿cómo estás? Me dice Pedro que mandaron a corregir otra cosa. Exactamente qué fue lo que te dijeron, para entonces yo decirle directamente a Raúl que revise él eso”.

La Fiscalía describió el esquema como ‘Fucorrupción’, un sistema de captación de recursos que incluía nóminas paralelas y contratos de prestación de servicios, con el fin de canalizar fondos hacia los beneficiarios de la trama.

Laborde afirmó que “los aportes que giraron personajes de dudosa reputación con destino a la campaña presidencial de su papá, se quedaron a la mitad del camino, en una caja fuerte y en el clóset del exdiputado”.

La imputación no solo involucra a Petro y Vásquez, sino también a Gustavo de la Ossa, director de Fucoso, y a funcionarios públicos mencionados en los chats. “Vamos a hacer lo más grande”, señaló De la Ossa en una conversación con Vásquez sobre futuros negocios.

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