El asesinato de Miguel Uribe Turbay vuelve a golpear a una familia que ha pagado con sangre su participación en la vida pública del país.
Colombia está de luto. El senador Miguel Uribe Turbay, una de las principales figuras de la oposición al gobierno de Gustavo Petro y precandidato presidencial para el periodo 2026-2030, murió este 11 de agosto tras un atentado con arma de fuego en Bogotá.
Así lo confirmó su esposa María Claudia Tarazona a través de redes sociales:
El ataque ocurrió en la tarde del sábado 7 de junio, mientras Uribe pronunciaba un discurso ante simpatizantes en inmediaciones del parque El Golfito, en el barrio Modelia de la localidad de Fontibón. Según reportes oficiales, un hombre armado irrumpió en el evento y disparó en varias ocasiones. Tres impactos de bala alcanzaron al político, dos de ellos en el cráneo. Aunque fue trasladado de inmediato a la Fundación Santa Fe y recibió atención especializada, los médicos confirmaron su fallecimiento horas después.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una recompensa de $3.000 millones para dar con los responsables del crimen. El atacante, herido en el acto, fue aprehendido por la Policía Nacional.
Un legado marcado por el conflicto
Miguel Uribe Turbay, de 39 años, nació en Bogotá el 28 de enero de 1986 en el seno de una familia profundamente ligada a la política y el periodismo colombiano, pero también profundamente marcada por el dolor del conflicto armado.
Era hijo de Diana Turbay, reconocida periodista y directora de la revista Hoy por Hoy, y nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala, quien gobernó a Colombia entre 1978 y 1982, uno de los periodos más violentos de la historia reciente del país.
.
Durante el gobierno de Turbay Ayala, Colombia vivió una ola de violencia sin precedentes: el auge del narcotráfico, el crecimiento de las guerrillas, la intensificación de la represión estatal bajo el Estatuto de Seguridad y el fortalecimiento del paramilitarismo como actor emergente. Fue una época donde el poder político y la violencia se entrelazaban, y en la que muchos sectores sociales cuestionaron el manejo autoritario del orden público.
Esa violencia alcanzó de manera directa a la familia Turbay años más tarde. El 25 de enero de 1991, Diana Turbay, madre de Miguel, murió en una operación militar fallida para rescatarla de su secuestro por parte del cartel de Medellín. Llevaba cinco meses en cautiverio, tras haber sido engañada para entrevistar a un supuesto vocero del Eln, en realidad parte de una estrategia del narcotráfico para presionar al gobierno a evitar su extradición. Su muerte fue un símbolo del costo humano del conflicto armado y del poder brutal del narcotráfico en ese momento.
Miguel Uribe tenía apenas cinco años cuando perdió a su madre. Esa tragedia lo marcó profundamente y, según él mismo lo relató en varias entrevistas, le dio sentido a su vocación de servicio público.
Formado como abogado en la Universidad de los Andes y con dos maestrías —una en Políticas Públicas y otra en Administración Pública en la Escuela de Gobierno de Harvard—, Uribe Turbay inició su carrera política a los 26 años como concejal de Bogotá, siendo luego presidente del Concejo en 2014.
Desde entonces, se convirtió en una voz crítica del gobierno de Gustavo Petro, tanto en su rol como alcalde de Bogotá como presidente. En 2016 fue nombrado secretario de Gobierno por el alcalde Enrique Peñalosa, siendo el más joven en ocupar ese cargo en la historia de la capital. Desde allí lideró proyectos de seguridad, recuperación del espacio público y fortalecimiento de la institucionalidad en barrios de difícil acceso.
En 2019 se lanzó a la Alcaldía de Bogotá con el movimiento “Avancemos”, respaldado por más de 400.000 firmas validadas por la Registraduría. Aunque no resultó electo, esa candidatura representó un respaldo ciudadano significativo que consolidó su perfil como una figura emergente en la política nacional.
A pesar de ello, su carrera siguió en ascenso: en 2022 encabezó la lista del Centro Democrático al Senado, obteniendo la mayor votación de su colectividad con 226.922 votos.
Era considerado una carta fuerte del uribismo para las elecciones presidenciales de 2026, gracias a su combinación de juventud, preparación y perfil técnico. Su discurso se caracterizaba por una defensa férrea de la seguridad, la propiedad privada, el crecimiento económico y la lucha contra la corrupción.
Un crimen que revive viejas heridas
El asesinato de Miguel Uribe Turbay vuelve a golpear a una familia que ha pagado con sangre su participación en la vida pública del país. También revive temores sobre la fragilidad de la democracia colombiana y la persistencia de la violencia política como método de silenciar voces incómodas.
La investigación sigue en curso, y el país exige justicia. Mientras tanto, la vida política colombiana pierde a uno de sus líderes emergentes más relevantes y una figura con un futuro prometedor que, como en tantos otros casos, quedó truncado por las balas.
https://www.instagram.com/p/DNNfZGqOLm9/?igsh=MTRrYzJpcmYwem5jOA==