En una vivienda del barrio Simón Bolívar, en Florencia, una mujer intoxicó a sus dos hijas con una sustancia venenosa mientras veían una película y después se suicidó. La escena fue descubierta cuando la tienda familiar no abrió y nadie respondió.

Alba María Benavides envenenó a sus dos hijas mientras miraban televisión en la sala de su casa. Les dio papas, dulces y una bebida mezclada con veneno. Las niñas bebieron sin saber. Murieron allí mismo.

Después, la madre tomó la misma sustancia y se quitó la vida.

No hubo gritos ni forcejeos. No hubo una pelea previa ni una discusión que alertara a los vecinos. La muerte llegó en silencio, sentada en un sofá.

María Ángel, de 8 años, y María José, de 12, estaban frente al televisor. Era una escena común: una película, golosinas, una bebida compartida. La madre estaba con ellas. Según las primeras versiones, el veneno —al parecer cianuro— estaba en el vaso.

Las niñas bebieron. Siguieron mirando la pantalla. Sus cuerpos empezaron a ceder sin entender por qué.

El orden de la muerte

Los investigadores creen que primero murieron las menores.

Después, Alba María Benavides ingirió la misma sustancia. No hubo marcha atrás. No hubo auxilio.

La sala, que horas antes fue un espacio cotidiano, quedó convertida en el lugar donde se cerraron tres vidas.

La tragedia se conoció hacia las 5:30 de la tarde del domingo 28 de diciembre.

Un familiar llegó y encontró la puerta cerrada. Nadie respondía. La tienda que funcionaba en la vivienda —reconocida en el barrio por abrir todos los días— seguía con la reja abajo. El silencio empezó a inquietar.

Se avisó a las autoridades. Al ingresar, confirmaron el hallazgo: una mujer y sus dos hijas sin vida dentro del inmueble.

Alba María Benavides y sus hijas, María Ángel y María José Gómez, yacían sin signos vitales.
La noticia sacudió al barrio Simón Bolívar. Los vecinos salieron a las puertas, incrédulos. Nadie encontraba una explicación inmediata.

“Las niñas eran tranquilas”, repetían. “La tienda era de confianza”. La normalidad previa chocaba con la magnitud del hecho.

Lo que se investiga

De manera preliminar, se conoció que la madre atravesaba una situación personal complicada, relacionada con problemas amorosos y económicos tras una reciente separación. Ese contexto hace parte de la investigación que adelantan las autoridades.

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Aún no hay conclusiones definitivas. Sí hay una certeza: la decisión se tomó dentro de la casa, sin intervención externa conocida.

No hubo denuncias previas.

No hubo alertas visibles.

No hubo pedidos de ayuda que trascendieran.

La violencia no llegó desde afuera. Estaba sentada en la sala, sirviendo una bebida.

Tres sillas vacías para cerrar el año

Florencia cerró el año con tres muertes que no caben en un parte judicial.

Dos niñas que no se levantaron del sofá.

Una madre que decidió llevárselas con ella.

La casa quedó cerrada.

La tienda, apagada.

La televisión, en silencio.

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